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La vida en el bosque de la mariposa monarca

El ciclo de vida de la mariposa monarca comienza cuando las hembras ponen huevos en el envés de las hojas del algodoncillo, plantas del género Asclepias, los cuales se adhieren mediante una substancia pegajosa. Llegan a poner entre 300 y 400 huevos durante su vida, de los cuales emergen las larvas u orugas en los siguientes tres a cinco días. Las larvas pasan por cinco fases durante un lapso de nueve a trece días; cada una posee cuatro antenas, dos enfrente y dos atrás, son blancas con rayas negras y amarillas, coloración que representa una advertencia para los depredadores, pues tienen substancias tóxicas para la mayoría de los vertebrados. Una vez que son adultos, las hembras se reconocen porque tienen las vetas de las alas más anchas y son un poco más pequeñas que los machos. Ambos se alimentan de una amplia variedad de flores, donde toman agua y néctar. Las monarcas viven en regiones templadas con bosques de oyamel, pino, encino y cedro, así como lugares con vegetación secundaria donde crecen las Asclepias, por eso podemos verlas en los bordes de las carreteras y tierras de labranza. En el Continente Americano, se distribuyen desde el sur de Canadá, hasta el norte de Sudamérica. En América del Norte, existen tres poblaciones; la población del Este se desarrolla del Sur de Canadá y Este de Estados Unidos al centro de México en Michoacán y Estado de México; la población del Oeste, se extiende desde Columbia Británica en Canadá hasta California y el occidente de México; y la población residente de México está diseminada por todo el país.

Las mariposas adultas de las generaciones de primavera y verano viven alrededor de cuatro semanas. La generación migratoria, que nace en Canadá y Estados Unidos, puede vivir hasta nueve meses y se le conoce como “generación Matusalén”. Estas mariposas son las que realizan la migración hasta el centro de México, específicamente a la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca (RBMM), en Michoacán y Estado de México. El fenómeno migratorio de la mariposa monarca es uno de los acontecimientos naturales más espectaculares de la naturaleza. Durante el otoño (septiembre-octubre), las poblaciones del Este y Oeste de Norteamérica migran al sur, llegando a volar más de 4,000 km en tres meses. La población del Este migra a los bosques de oyamel del centro de México, donde llegan en noviembre y emprenden el viaje de retorno a inicios de la primavera, mientras que, la población del Oeste migra hacia el sur de California y occidente de México. Durante el recorrido mueren miles de organismos por diversas razones; sin embargo, la mariposa monarca, no es considerada una especie amenazada; en cambio, la migración si es un fenómeno amenazado, reconocido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En México, la mariposa monarca se encuentra Sujeta a Protección Especial (PR) en el listado de especies en riesgo de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

La presencia de la mariposa monarca durante el invierno en los bosque de oyamel del centro de México, es un fenómeno natural conocido por los pueblos indígenas del área desde tiempos remotos; no obstante, la información sistemática de la migración fue dada a conocer al mundo científico a partir de 1976. Así, a 46 años del descubrimiento de este extraordinario fenómeno migratorio y de la participación activa en las investigaciones por parte del Instituto de Biología de la UNAM, celebramos tal acontecimiento.

Los bosques de oyamel de Michoacán y Estado de México, donde hibernan las poblaciones de mariposas, fueron decretados como Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca el 10 de noviembre de 2000. Asimismo, en parte de la Reserva se ubica el Bien Natural Reserva de Biósfera Mariposa Monarca, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, desde 2008 bajo el criterio vii, por “representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural de importancia estética”, pues la concentración de mariposas monarca que hibernan en el Bien, es la manifestación más espectacular del fenómeno de la migración de insectos. Se ha estimado que las poblaciones de hibernación han decrecido en los últimos 10 años, de 400 a 35 millones de individuos, aproximadamente. El decremento poblacional se atribuye a la deforestación en las zonas núcleo de la RBMM. Sin embargo, los esfuerzos hechos para disminuir la tala ilegal muestran signos de recuperación. Por tanto, la conservación del fenómeno migratorio debe incluir otros factores que tienen un impacto negativo sobre las poblaciones de monarcas. Para México, se propone establecer una Red de Áreas de Conservación, que incluya no solo las Áreas Naturales Protegidas, sino también sitios de alimentación y reposo a lo largo de la ruta migratoria, así como evitar el uso de agroquímicos tóxicos que reducen poblaciones del algodoncillo. La pérdida de hábitats a causa de la urbanización, cambio climático y la proliferación de enfermedades debido a virus, bacterias y protozoarios, también afectan su sobrevivencia.